16/6/09

En el Nombre del Padre

Probablemente la mayoría de vosotros hayáis visto ésta película del director irlandés Jim Sheridan. “En el Nombre del Padre” (1993), cuenta la historia de Gerry Conlon, un gamberro que, en la atormentada Belfast de los años 70, sólo sabe beber e ir de juerga, para disgusto de su padre Giuseppe, un hombre tranquilo y educado. Cuando Gerry se enfrenta al IRA, su padre le manda a Inglaterra, pero acaba en el sitio equivocado en el momento equivocado. Aunque es inocente se ve obligado a confesar su participación en un atentado terrorista y es condenado a cadena perpetua junto al resto de los "cuatro de Guildford". Su padre Giuseppe es también arrestado y encarcelado, y durante su estancia en la cárcel, Gerry descubre que la aparente fragilidad de su padre esconde en realidad una gran fuerza y sabiduría interior. Con la ayuda de Gareth Peirce, una abogada entregada a la causa, Gerry se propone demostrar su inocencia, limpiar el nombre de su padre y airear la verdad de uno de los más lamentables errores legales de la historia reciente.

Como habréis leído en No Más Bombas, Shane conocía a los responsables del atentado ocurrido en el pub y del que se acusaba a Gerry y a su familia y por tanto sabía que eran totalmente inocentes. Escribió a un montón de cargos importantes para dar a conocer tan terrible injusticia e involucró a su abogada, Gareth Peirce, para que les ayudase.

Gerry Conlon, al igual que parte de su familia, pasó 15 años en la cárcel por algo que no había hecho e incluso vio a su padre morir en ella. En el año 90 Gerry publicó su historia, Proved Innocent, y en ella se refiere a Shane como una de sus dos “gracias salvadoras” por todo lo que hizo por ellos, no sólo de cara a que se reconociera su inocencia públicamente sino también dentro de la cárcel en su relación con el resto de presos irlandeses.
Hablando de Shane, Gerry Conlon dice en su biografía: “Le habían arrestado cuando todavía era adolescente por haber enviado un montón de cartas bomba a gente importante de Inglaterra, pero aunque era del IRA tenía su propia ley. No mucho más tarde hizo un comunicado público en el que renunció a la violencia y pidió perdón a sus víctimas. Por esta época, aún así, Doc era todavía miembro del grupo republicano, pero vio que yo tenía problemas y se encargó de que se me empezase a reconocer.”


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