30/11/08

Entrevista a Shane


Shane O'Doherty contestó a algunas preguntas a la periodista Amparo Latre en su reciente visita a Madrid durante los días previos a la publicación de No Más Bombas


¿Cuál crees que es nuestro mayor reto ante la lucha contra el terrorismo?
Cuando hay un conflicto armado, conseguir la paz es lo primero que deseamos y es sin duda un milagro, pero una vez lograda la paz, todavía queda mucho por hacer. No basta simplemente con acabar con la violencia. Muchos de los que todavía están involucrados podrían opinar que la situación ha cambiado al haber llegado a un acuerdo o por una negociación, pero no estarán convencidos.
Lo que tenemos que explicar, sobre todo a los jóvenes y a las nuevas generaciones, es que la guerra, la violencia, el terrorismo, la violación de los derechos humanos son una terrible equivocación. Tenemos que darles razones para acabar con la violencia, no sólo llegar a acuerdos, y no se está haciendo.

Aunque hayamos conseguido la paz, como ha ocurrido en Irlanda, ya hay nuevos grupos, que no estando de acuerdo con el proceso de paz ni con la política, están consiguiendo que gente joven se vuelva a implicar.
Viendo además las dificultades en llegar a un acuerdo, estos jóvenes dirán, “volvamos a la lucha”, porque nadie les habrá dado razones para dejar la violencia, razones para perseguir la paz. Necesitamos un proceso de conversión y de esclarecimiento, de tomar responsabilidades ante los derechos humanos. No sólo negociaciones.

¿Qué efecto esperas que tenga la publicación de tu libro en España?
Espero que todos los que lean mi libro - especialmente los jóvenes – aprendan de él y no cometan los mismos errores que yo cometí; que aprendan de mi experiencia; que vean que todas esas promesas de cambiar el mundo mediante la violencia son siempre falsas porque al matar o herir a otros seres humanos, lo único que se logra es cometer más injusticias en lugar de ponerles fin. Te conviertes en transgresor de los derechos humanos. Espero que mi libro sirva de advertencia a aquellos que siguen el camino de la violencia o se encuentran cerca de él: es un callejón sin salida.

¿Qué fue lo que más te influyó en tu camino hacia la conversión?
Los cuatro Evangelios… Una vez, todavía en la cárcel de Brixton, en Londres, le pedí en tono desafiante a uno de los capellanes que me diera pruebas de que Dios existía. Me lanzó los Evangelios y me los leí en una noche, de un tirón. El hecho de leer los cuatro de una vez, con esas cuatro descripciones tan profundas, me dio una visión íntegra de Jesucristo. Lo que me chocó fue que la figura divina de Jesucristo, con una causa divina, sagrada e inocente, nunca usaba la violencia, hablaba de amor al prójimo, y yo, con una causa política, ni divina, ni sagrada, ni inocente, estaba dispuesto a usar la violencia. Los Evangelios comenzaron a desafiarme y mi propia conciencia me empezaba a condenar. Tenía que reconciliarme con mis víctimas, con Dios y conmigo mismo.

¿Qué dirías a aquellos que se resisten a perdonar?
No tengo nada que decir a los que se niegan a perdonar. El perdón tiene que venir del corazón y del alma, de lo más profundo de cada uno. Si alguien no sabe perdonar desde lo más profundo de su corazón, entonces Dios es el único que le puede ayudar.

¿Y a los que no se arrepienten de lo que han hecho?
Vivir implica arrepentirse de cosas. Significa haber vivido y haber intentado luchar, haber cometido errores por inmadurez o por pasión, conocer el arrepentimiento… Todos nos arrepentimos de nuestras debilidades y de nuestros fallos. Negar el arrepentimiento es negar la vida.

En España se compara a menudo a ETA con el IRA. ¿Crees que son comparables?
Aparte del hecho de que tanto la ETA como el IRA se aferraron a la lucha armada antes de ni siquiera haber intentado un activismo político y democrático; de que han matado y mutilado y han cometido innumerables violaciones de los derechos humanos, no hay comparación entre 800 años de ocupación y usurpación británica en la historia de Irlanda y la historia del País Vasco. El Antiguo IRA - como se denominó entre 1918 y 1922 – luchó para establecer la libertad y la democracia en Irlanda y ganó la libertad de 26 de los 32 condados irlandeses. Después, el Antiguo IRA se convirtió en el ejército irlandés, comprometido con el pueblo y el gobierno democrático de Irlanda. Desde 1922 ha habido nuevos grupos que han explotado el nombre del IRA y que nunca han gozado del apoyo de la nación ni del gobierno de Irlanda. La lucha armada se declaró extinguida definitivamente a finales de los 90.

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