12/3/09

“Son como alemanes que siguieran matando después de la II Guerra Mundial”

Por Alfonso Basallo, lanación.es, 12/03/2009

El autor del libro No más bombas, en el que cuenta su adolescencia como cachorro del IRA y experto en explosivos, y su arrepentimiento tras pasar 15 años en las cárceles británicas, analiza para lanacion.es los atentados del Ulster que amenazan al proceso de paz.



Shane O’Doherty cree que “son rebeldes que se han quedado sin causa” y que no tienen excusa para retomar la lucha armada. Pero que los atentados pueden provocar “una reacción violenta de los paramilitares protestantes.”

-¿Qué sintió Shane O’Doherty al enterarse de los atentados que han costado la vida a dos soldados y un policía en el Ulster?
-Me sorprendió. Es como si, una vez acabada la II Guerra Mundial,y capitulado Alemania y Japón y desmantelados sus ejércitos, un pequeño grupo de alemanes o japoneses se dedicaran a matar pretendiendo prolongar la guerra. Aunque debo añadir que esa maldición está un poco en nuestra historia: siempre hay cuatro gatos que continúan.

-¿Por qué?
-Algunos son adictos a la violencia y a ese estilo de vida.

-¿Realmente cree que el proceso de paz peligra con esta escalada del IRA auténtico y del IRA de continuidad?
-No es fácil la apuesta por paz, la democracia y la no violencia… Y tampoco hay que olvidar el contexto internacional: las células terroristas tienen facilidad para conseguir armas en Europa del Este y en EEUU. Pero lo más inquietante es que atentados como los de estos días proporcionan una excusa a los opositores protestantes paramilitares, que fueron obligados a entregar las armas en los acuerdos de hace 11 años, para retomar ahora el camino de la violencia.

-¿Está de acuerdo con Gordon Brown en que no habrá un retorno a los viejos tiempos?
-La inmensa mayoría del IRA entregó sus armas y se pronunció por la paz. Una minoría trata ahora de restablecer la lucha armada. No sé si lo conseguirá. Tienen en contra el contexto político del Ulster: actualmente no padecemos las brutalidades del Ejército británico de los años 70 (como el Domingo sangriento). Es decir, los terroristas no tienen excusas. Los rebeldes se han quedado sin causa y, además, apenas cuentan con apoyo en la comunidad católica. Pero, a la vez, la paz y la democracia son frágiles.


“NECESITAN PASAR UNA TEMPORADA EN LA CÁRCEL”

-Usted que ha sido terrorista ¿qué les diría a quienes disparan sobre soldados británicos o policias? ¿Cómo convencerles de que la violencia es estéril?
- Que tienen que pasar una temporada en la cárcel. Lo necesitan. Eso les diría. Verá: treinta años de lucha armada dividió a nuestro pueblo más que nunca, pobló nuestras prisiones, llenó nuestros cementerios, destruyó derechos humanos y generó un oceáno de sufrimiento innecesario. La mayoría de nosotros creció aprendiendo estas realidades… entre rejas. Eramos apenas unos adolescentes. Los del IRA auténtico y el IRA de continuidad necesitarían el proceso de aprendizaje de la prisión.

“TENEMOS QUE ENFRENTARNOS A NUESTROS DEMONIOS”


-¿Qué papel pueden jugar Obama y EEUU teniendo en cuenta lo decisivo que fue el apoyo americano al proceso de paz de hace 11 años?
-La influencia americana es siempre importante para Irlanda. En toda la isla sólo somos 6 millones de habitantes, pero hay 40 millones en EEUU en que se sienten de origen irlandés. De ellos obtenemos inversiones y apoyo. Los grupos paramilitares consiguen dinero y armas de los EEUU, de suerte que necesitamos el apoyo de las autoridades americanas para detener el flujo de dinero y armas de los simpatizantes hacia los terroristas. Claro que la paz también tenemos que hacerla en nuestra casa, y crecer respetando nuestras diferencias en nuestra pequeña isla habitada por dos tradiciones e historias diferentes: la británica y la irlandesa. Ese es nuestro reto.

-Después de 11 años, tras los acuerdos de Viernes Santo, parecía más fácil…
-No lo es. Es fuerte el peso del pasado. Tenemos que confrontar nuestros pecados, nuestro mal, nuestros demonios… y hacerlo por nosotros mismos. Esta es nuestra penitencia, supongo, después de 30 años de guerra.

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